lunes, 29 de diciembre de 2014

ACTIVIDAD TECNOLOGIA: HISTORIA DEL UNIFORME DE ENFERMERIA

COLEGIO CORONEL FRANCISCO LINARES
TECNOLOGÍA EN SALUD II
FUNDAMENTOS DE ENFERMERÍA
TEMA: PRINCIPIOS DE ENFERMERÍA

OBJETIVO: Conocer la historia del uniforme de enfermería.
INDICACIONES: Lea cuidadosamente el material que se le ha proporcionado, elabore un ensayo sobre el tema.

HISTORIA DEL UNIFORME DE ENFERMERIA
La Enfermería, desde sus inicios, ha sido acompañada por una simbología que la caracteriza y que encierra un significado relevante en su desarrollo como profesión. En la actualidad a pesar de la existencia de normas y del esfuerzo que se viene realizando, se observan con frecuencia modificaciones y uso incorrecto del uniforme. Los profesionales de enfermería tienen la responsabilidad de mejorar la situación actual y proceder como agentes de cambio. Una enfermera u enfermero vestido correctamente inspira confianza y es socialmente respetado. Los aspectos planteados permitirán revalorar la importancia del uso correcto del uniforme, elemento esencial para una buena imagen social de los enfermeros y enfermeras.
La Enfermería ha ido desarrollando el contenido de su hacer a través de la historia, como lo han hecho la Medicina y otras profesiones. Por eso la historia de la Enfermería puede hoy, dar razones de esta evolución, que se ha hecho irreversible, para convertirse en una profesión sin perder la originalidad de su esencia.
INICIOS DEL UNIFORME DE ENFERMERÍA
La creación del UNIFORME se da en el SIGLO XIX. De uniforme almidonado, que evolucionó con cómodas batas unisex, pero sus estilos se basan en función del país en el que trabajaban, el período de la funcionalidad y el tiempo.
Antes de la década de 1800, el uniforme se basa en el uniforme informal usado por los monjes y monjas que cuidaban de los pacientes en los hospitales militares y las iglesias. En esos momentos, la enfermería no era considerada una profesión respetable hasta que la evolución de la Enfermería Militar durante la guerra de Crimea. Se fue la contribución de FLORENCE NIGHTINGALE que allanó el camino para la creación de la ESCUELA DE FORMACIÓN NIGHTINGALE PARA ENFERMERAS EN SAINT THOMAS HOSPITAL DE LONDRES, INGLATERRA EN 1860. Fue también en este período que el uniforme de enfermería primera formal y reconocido evolucionado.
Los primeros uniformes de la enfermera se derivaron de hábito de la monja. Antes del siglo 19, las monjas atendían a los enfermos y heridos, así que era obvio que las enfermeras entrenados laicos pueden copiar hábito de la monja, ya que han adoptado filas como "Sister". Uno de los primeros estudiantes de Florence Nightingale diseñado el uniforme original para los estudiantes de la escuela de enfermería de la señorita Nightingale. Antes de la década de 1940 se produjeron cambios menores en el uniforme. La vestimenta consistía en un traje sobre todo azul. Los hospitales son libres de determinar el estilo del uniforme de la enfermera, incluyendo la tapa de la enfermera que existe en muchas variantes.
En Gran Bretaña, el uniforme nacional fue diseñado con el advenimiento del Servicio Nacional de Salud en 1948, y el vestido de Newcastle. Desde la década de 1960 cuellos abiertos comenzaron a aparecer. En la década de 1970, las tapas de papel desechables blancos reemplazaron a los de algodón, en la década de 1980, delantales de plástico desplazado a los tradicionales y ropa exterior comenzaron a desaparecer. Desde la década de 1990, matorrales se hizo popular en Gran Bretaña, después de haber aparecido por primera vez en los EE.UU., sin embargo, algunas enfermeras en el Reino Unido siguen usar vestidos, aunque algunos NHS les han eliminado en favor de matorrales como en muchos otros países.
El primer uniforme es un vestido gris de cuerpo entero, con delantales blancos y se cubrió el cuerpo con sólo las manos y la cara queda al descubierto. Este tipo de ropa que les permitió tratar a los pacientes con eficacia y mantener la apariencia respetable y.
Sus uniformes se desarrollaron a través de los años debido a la practicidad, funcionalidad, seguridad y seguridad de los pacientes. Desde 1800, ha evolucionado desde los vestidos blancos y grises con blancos pueden usar pantimedias a túnicas y matorrales. Sin embargo, hay empleadores que prefieren los uniformes tradicionales batas blancas que porque quieren que sus enfermeras para un aspecto profesional y respetable, mientras que otros prefieren matorrales, ya que queremos que sean cómodos y de moda. Algunos matorrales existen en colores lisos, mientras que otros vienen en estampados de diferentes diseños.
Las mujeres en la familia dispensaban los cuidados de forma informal. En los primeros hospitales estaban empleadas quienes realizaban la limpieza en las que recaía ofrecer a los enfermos los cuidados rudimentarios, aún teniendo experiencia reconocida eran consideradas negligentes, llevaban cubierto los cabellos por un gorro (en razón de la tarea que cumplían).
En 1860, el Ruiseñor Escuela de Formación de Enfermeras se abre en St. Thomas Hospital en Londres. La enfermería es reconocida como una profesión honorable. Los uniformes de enfermeras tendían a ser vestidos casi hasta el suelo muy largos delantales blancos tipo delantal.
La Enfermería, desde sus inicios, ha sido acompañada por una simbología propia que la caracteriza, con un significado relevante que permite interpretarla   y comprenderla.
Existiendo también un gran grupo de enfermeras militares protagonistas del cuidado a los heridos en las dos grandes guerras del siglo XX, cuya cabeza coronaban con cofias que delataban sus diferentes rangos, similares a las religiosas. Por otra parte las órdenes religiosas impartían cuidados tanto en hospitales civiles como militares.
La evolución en el modelo de las cofias de enfermeras desde la primera cofia religiosa hasta el abandono total de las mismas, refleja la historia de los cuidados. Las también denominadas tocas devienen en un elemento del rango y ciertos aditamentos como medallas, escudos y cruces condecoran el servicio prestado en las instituciones militares. Siendo las primeras dispensadoras de cuidados en muchos casos mujeres religiosas para los países colonizados, (quienes se cubrían la cabeza como parte de su hábito) no impidiendo que a nivel social existieran mujeres cuidadoras; parte del pueblo las que ofrecían los cuidados desde la transmisión de los conocimientos populares para realizar curaciones desde las ciencias de la naturaleza.

La ascendencia de la religión sobre la Enfermería ha sido importante, ha influido en la formación de las enfermeras y conferido a los cuidados la presencia de actitudes y valores (espirituales y religiosos) durante mucho tiempo. En los principios y prácticas de la Enfermería Moderna que desarrolló Florence Nightingale, están presentes aspectos que se derivan de esta ideología, parte de la indumentaria de las enfermeras (cofia, uniforme), se asemejan bastante a los hábitos de las monjas.
A través de la historia de la enfermería, a ésta se le ha identificado por cuatro símbolos, que justifican su identidad, estos son: Vestido Blanco, Capa, Lámpara, y Cofia.
Históricamente, un uniforme de enfermera típica consistía en un vestido, delantal y gorro de enfermera. En algunos hospitales, sin embargo, los estudiantes de enfermería también llevaba un pin de enfermería, o el delantal del delantal pueden haber sido sustituidos por un delantal estilo zapatero. Este tipo de vestido de la enfermera continúa siendo usado en muchos países.
Las "enfermeras" que tenían que asistir a los enfermos de noche, debían desplazarse por las calles de la ciudad casi sin luz y con mucho peligro, así es que decidieron usar una cofia (así se llamaba entonces a los tocados femeninos) en forma de cono de color blanco y también llevaban una lámpara de aceite en la mano.
En una ceremonia especial se les imponía la CAPA, “ceremonia en la cual quedaban revestidas las enfermeras de su clásico distintivo. El significado de la capa es hacerles sentir el peso en sus hombros de la responsabilidad que han contraído con la sociedad al haber elegido la carrera de enfermera; al brindar cuidado, amor y dedicación, mismas que se han hecho evidentes y característicos de las Escuelas de Enfermería desde su creación.
Esta fue de tela de fieltro, se usó de este material debido a las bajas temperaturas, pues generalmente hacían guardias de 24 horas, siendo las noches largas y frías.
La Reina Victoria Eugenia con traje de la Cruz Roja. Enfermera con capa
Posiblemente algunos consideran obsoletos los símbolos, o simplemente piensan que no tienen mayor significado en el quehacer cotidiano y científico del profesional de la Enfermería, sin embargo, sea por tradición o por costumbre, los estudiantes que se inician en el acto del cuidado, razón de ser del ejercicio profesional, expresan un gran interés por estos temas, entre ellos, el significado de la lámpara, la imposición y uso de la cofia, los sellos distintivos, el anillo con el escudo, el uniforme y su color blanco.
Se plantea que aquellos actos tradicionales que realizaban los profesores con los alumnos, estaban sustentados en un voto de confianza, credibilidad, sentido de pertenencia y acogimiento al estudiante de enfermería, dándoles muestra de reconocimiento a sus conocimientos, creatividad, cumplimiento, orden, limpieza, comportamiento profesional y ético como pilares del cuidado. Estos actos académicos convocaban al compromiso ético-espiritual como seres humanos capaces de practicar la justicia, tener respeto, responsabilidad, puntualidad, solidaridad, comprensión, prudencia, optimismo, sinceridad y gratitud. Seres humanos que se proponen ser fieles, tolerantes y honrados con ellos   mismos y con las personas a quienes cuidan.
Al principio las estudiantes no utilizaban uniforme, sin embargo con el paso del tiempo éste consistió en un sencillo vestido de percal y zapatillas cómodas, un delantal a la altura del tobillo de color blanco, como sinónimo de limpieza y pureza. El uniforme significo la integración de un conjunto de cualidades que tienen las profesionales de la enfermería, enfocadas a dar a entender que poseen disciplina y una esmerada atención, hacia sus semejantes, tanto del alma como del cuerpo.
En el libro escrito por Florence “Notas de Enfermería” nos relata hablando sobre el uniforme de las enfermeras, que cuando una agrupación de enfermeras que rompió con las diferencias religiosas (agrupando a católicas, anglicanas y devotas de santos diferentes), cuya asistencia fue fundamental durante la guerra de Crimea. Exigió al gobierno inglés la confección de trajes de tweed gris, cofias de percal y capas de lana más una banda cruzada con el nombre del hospital. Cartas de la época destacan una rebelión de cofias, y el caso de una enfermera que en medio del trajín dijo: “Madam, de haber sabido que me iba a poner esto en la cabeza, nunca hubiera venido; es que esto no favorece a la forma de mi cara”. Una cláusula del manual de estilo prohibía el uso de flores y cintas de colores, aunque daba el visto bueno para llevar bonete de paja durante el verano. En su best seller Notas sobre enfermería (en 1867 tuvo seis ediciones consecutivas en inglés y otras tantas en varios idiomas) hizo severas críticas de los atuendos femeninos de la época: “Cada día es menos práctica y poética, y no se adapta a las necesidades de la vida doméstica, las faldas ampulosas pueden derribar muebles y la crinolina asemejan a sus usuarias a bailarinas de cabaret”. Sobre los zapatos, agregó que “las suelas hacen tanto ruido que pueden provocar en los enfermos efectos adversos y contrarrestar el efecto de las mejores medicinas”.
Aunque muchas voluntarias fueron expulsadas por ebriedad y conducta cuestionada por la jefa, al final de la guerra su número superó el centenar. Las improntas de las chicas Nightingale llegaron también a Estados Unidos, Canadá, Australia, Alemania, la India y asilos de lunáticos de todo el mundo, y las capitas fueron las prendas más copiadas por las posteriores asociaciones de enfermeras.
Sobre la utilización de la Cofia en el medio sanitario hay varias versiones. Una de ellas es la estrecha relación que tiene la sanidad con las órdenes religiosas. Monjas y frailes fueron los primeros profesionales de la enfermería en la lejana Edad Media y en las primeras llevaban hábitos que cubrían desde la cabeza hasta los pies su cuerpo, dejando a la vista cara y manos. Las monjas hospitalarias pronto se vieron desbordadas de trabajo y acudieron a las seglares para ayudar en los múltiples trabajos que tanto entonces como ahora es preciso hacer en un hospital.
Naturalmente aquellas seglares no tenían ninguna relación religiosa. Es más, la mayoría incluso eran presas que cumplían sus penas en aquellos primitivos hospitales, y de alguna manera había que vestirlas teniendo en cuenta la moralidad exigida en la época y más en cuenta aún el serio trabajo a realizar, tan cerca de la gracia de Dios.
Suponemos que las monjas hospitalarias de la época no se habrán complicado mucho la vida para diseñar los “uniformes” de momento y lo más fácil para ellas y, además, garante de la moralidad evitando la coquetería femenina, era obligar a las seglares a cubrir sus cabezas con grandes tocas lacias, sin almidonar, después fueron almidonándose e incluso se fueron haciendo diversos diseños, siguiendo designios de la moda del momento, como pueden verse en diversos lienzos y grabados que han llegado hasta nuestros días gracias a famosos pintores.

Otra versión es la de que para distinguir a una “enfermera” de una “mujer de la vida” en sus rondas nocturnas camino de atender a algún enfermo en su domicilio, se ideo que las “enfermeras” llevaran una cofia almidonada en forma de cono, de color blanco y portaran siempre un farol con una llama encendida.
Otra versión más, la más generalizada, es la costumbre muy extendida en toda Centro Europa de cubrir la cabeza con peculiares diseños de tocas almidonadas y cofias de puntilla, ganchillo, etc. y diversas formas. Habitualmente se utilizaban para las faenas del hogar o del campo, guardando las más vistosas y perfectamente almidonadas para exhibir los domingos y festivos. Era una prenda tenida en más consideración en el norte y centro de Europa que en los países del sur, que siempre fue entendida como una prenda de trabajo y no como un tocado de adorno femenino.
En la Edad Media la mujer solía llevar grandes cabelleras y éstas dificultaban el trabajo, por lo que era imprescindible esta prenda y más aún si estamos hablando del trabajo en aquellos hospitales llenos de gente, humo de las linternas, parásitos, etc., y también como distintivo de quien está como trabajadora y quien no trabaja en el hospital.
Quizá ya desde aquellas lejanas épocas se trataba de dar, también, un sentido de distintivo característico de la profesión como “hospitalarias” no refiriéndose a las religiosas.
De todas las maneras en la Edad Media y posteriormente hasta casi principios del siglo XX, la cofia era una prenda que se utilizó con profusión en cualquier trabajo de los que se entendía como propios de la condición femenina: cocinera, doncella, “hospitalaria”, ama de leche, planchadora, institutriz, camarera, etc. Prueba del arraigo que ha tenido esta prenda es la diversidad de modelos que se exhiben en la región de Bretaña (Francia) hoy como prenda más del traje típico.
Poco a poco su uso se ha ido relegando al ámbito sanitario y es raro no asociar la palabra hospital a enfermera y ésta a delantal y cofia.
La revolución que se produce a MEDIADOS DEL SIGLO XIX, en la práctica médica tiene un efecto profundo sobre los cuidados de la salud. Por la misma época, FLORENCE NIGHTINGALE después de la guerra de Crimea a su vuelta a Gran Bretaña crea la PRIMERA ESCUELA DE ENFERMERÍA.
SIGNIFICADO DE LA PALABRA “UNIFORME”
El UNIFORME según el Diccionario Ilustrado de la Lengua Española, es un vestido peculiar y distintivo que usan los individuos pertenecientes a un mismo cuerpo, a un mismo colegio y que tiene la misma forma.
El uniforme significa el conjunto de cualidades que tienen las profesionales de la enfermería, enfocadas a dar a entender que poseen disciplina y una esmerada atención límpida hacia sus semejantes, tanto del alma como del cuerpo.



EVOLUCIÓN DEL UNIFORME
DÉCADA DE LOS 50’S
Uniformes complicados, como los que en los AÑOS 50 del pasado siglo utilizaban las enfermeras de la Cruz Roja Española (bata, delantal, manguitos y cofia fuertemente almidonados. Las mangas de la bata se medio desmontaban y se sujetaban con corchetes al hombro).
DÉCADA DE LOS 70’S
Varias razones explican la desaparición de la cofia y de algunos uniformes de enfermeras a partir de la década del 70. La carrera de Enfermería poco a poco permite la profesionalización, el uso de la cofia continúa siendo parte de la vestimenta de las auxiliares, anteriormente la cofia confería autoridad y distinguía a las enfermeras diplomadas.
En el Hospital General de Asturias (H.G.A.) hasta bien entrados los años 70 solían llevar el delantal almidonado al igual que los manguitos, cuellos, cinturón y cofias.
DÉCADA DE LOS 80’S
Desde los años 1960 a 1980 las escuelas hospitalarias dejan paso a las Escuelas Universitarias, el sistema de enseñanza basado sobre el progreso de las jerarquías había pasado hacia conceptos democráticos de la educación y el respeto; por consecuencia la cofia en tanto indicador de nivel de formación pierde su significación simbólica. La evolución de los modelos de cofias de Enfermeras, desde la cofia religiosa hasta el abandono del uso de las mismas, refleja la historia de los cuidados; en el cual las primeras graduadas vestían uniformes que las distinguían de las no graduadas.
A comienzos de los AÑOS 80’s, tanto la Seguridad Social (INSALUD) como el Hospital General de Asturias coinciden en renovar el vestuario de su personal de enfermería y lo primero que hacen es hacer desaparecer como prenda inherente de la enfermera la cofia. Posteriormente la sanidad privada emprende la modernización de su vestuario y, salvo honrosas excepciones, no es fácil encontrar clínicas y consultorios privados en los que su personal femenino sea portador de cofia.
Desde finales de 1980, ha habido un cambio hacia alternativas de diseño de uniformes de enfermería en algunos países. Reciente uniforme estilo de la enfermera en el Reino Unido consiste en ya sea:
·         A la parte superior de estilo túnica y pantalones de color azul oscuro que se diseñan óptimo para prevenir la infección cruzada, cuyo color depende del grado de la enfermera, el color varía entre el NHS Trusts. Las túnicas menudo disponen de tuberías alrededor de los bordes de la uniforme.
·         Un vestido en el mismo color que la parte superior de estilo túnica.




CARACTERÍSTICAS Y ATRIBUTOS DE LOS ELEMENTOS DEL UNIFORME
Existen algunas características y atributos en el uniforme de enfermería, que lo distinguen del resto de los profesionales de la salud, como son:
UNIFORME BLANCO.- Símbolo de autocuidado, de limpieza, pureza y apoyo frente al otro (persona y familia en interacción y contacto transparente, sincero y respetuoso con su cuerpo, sus sentimientos y experiencias de vida: crecimiento, salud, enfermedad y muerte).
Su uso es generalmente intramural. Su utilización en las actividades no sanitarias, fuera del centro de salud, debe ser bien justificada; el uso del uniforme responde a una norma epidemiológica bien establecida. En países donde existe la formación de auxiliares de enfermería, este personal se distingue por utilizar el VESTIDO DE COLOR AZUL.
LA COFIA.- De color blanco, símbolo del honor, de la distinción y la responsabilidad, con la cual se identifica a la enfermera, entre los otros miembros del equipo de salud como el profesional dedicado al cuidado de las personas. Desde el punto de vista epidemiológico la cofia debe proteger el pelo de la enfermera para que no caiga sobre al campo de trabajo, por lo que el pelo debe estar recogido y colocado en el sobre interno de la cofia.
En varios países, se utiliza además la cofia para distinguir el nivel profesional de la persona que la porta. Estos distintivos pueden ser cintas de diversos colores (el más frecuente es el azul), que colocado de manera horizontal permite distinguir si estamos en presencia de una auxiliar de enfermería (no llevan cintas) o de una enfermera profesional. Otra utilización de las cintas es de manera diagonal, en ambas alas de la cofia, por ejemplo, en el ala derecha la colocación de una cinta significa jerarquías administrativas y en el ala izquierda, niveles académicos como pudieran ser, cursos post-básicos, especialidades, entre otros.
En Cuba sólo se usan las cintas de manera horizontal y de color azul, para distinguir a la vicedirectora de la unidad con 1 cinta y a la directora nacional con 2 cintas. En los servicios asistenciales no existe esta tradición. Algunos profesionales plantean que deben incorporarse estos distintivos para identificar los niveles profesionales dentro de la propia enfermería, a partir de las nuevas figuras que han surgido dentro del Nuevo Modelo Pedagógico.
Otro elemento distintivo en la cofia en varios países, es la utilización de escudos o sellos que permiten mostrar la facultad o escuela donde se recibió el profesional o la institución de salud donde pertenece y se desempeña. Estos símbolos permiten fomentar los sentimientos de pertenencia e identidad.
La Cofia de color blanco, símbolo del honor, de la distinción y la responsabilidad, con la cual se identifica a la enfermera, entre los otros miembros del equipo de salud como el profesional dedicado al cuidado de las personas. Desde el punto de vista epidemiológico la cofia debe proteger el pelo de la enfermera para que no caiga sobre el campo de trabajo, por lo que el pelo debe estar recogido y colocado en el sobre interno de la cofia.

Algunas cofias de Enfermeras evocan a la de las religiosas, relacionada con la tradición católica, y puntualmente con el cuidado a los enfermos y el servicio humanitario (velo). Anteriormente también recibió el nombre de “Toca”, su diseño consistió en un “gorro”. Éste se remonta a la Edad Media, con el gorro se pretendía cubrir el cabello, ya que peinarlo constituía una larga y fastidiosa tarea que no se realizaba con más frecuencia de lo que se consideraba necesario. A la cofia se le ha considerado como signo de identidad. Entendiendo ésta como el resultado de un proceso ideológico, el cual exige un elemento de diferencia para poderse expresar, y en el que encontramos factores bien definidos como la pertenencia grupal o territorial.
ETIMOLOGÍA DE LA PALABRA
Hoy en día, la COFIA es la malla que se ponen las personas que trabajan con el público (por ejemplo: enfermeras, cocineros, etc.), en la cabeza para cubrir su pelo, por motivos de sanidad. Pero en la edad media, era una malla que se ponían los guerreros debajo del casco. La palabra cofia viene del germánico kupja, y está relacionada con el árabe kufiyya = pañuelo que se ponen los árabes en la cabeza, en hebrero kóva = gorra, sombrero y cofia en latín de esa época.
COFIA (del latín tardío cofia). Red que se ajusta a la cabeza para recoger el cabello o parte de él. Tocado hecho de blondas, encajes y cintas que usaban las mujeres. Gorro pequeño, complementario del uniforme que llevan las enfermeras, camareras, etc. Birrete almohadillado que se llevaba debajo del yelmo de la armadura. Pieza de la armadura antigua que se atornillaba a la calva del casco para reforzarla, y de la que pendían tres ramales articulados para la defensa del cuello.
Se sustenta que el acto solemne de imposición de la cofia, así como otros rituales que por tradición la enfermería mantuvo por mucho tiempo, deben ser rescatados, ya que fomentan eficazmente en los estudiantes el compromiso, el amor y la identidad profesional.
Las cofias evocan, de forma simplificada, las tocas que llevaban algunas de las congregaciones religiosas, dedicadas durante siglos al cuidado de los enfermos. Por cierto, hay que señalar que hay muchos escritos dedicados a la labor de religiosos y religiosas en los hospitales de la Edad Media, junto con personal seglar.
·         LA LÁMPARA.- Otro atributo que aparece con frecuencia en el uniforme o en la cofia de las enfermeras, ha sido retomada como   símbolo de la enfermería, pues en la guerra de Crimea, Florence Nightingale, alumbraba con una lámpara a los heridos en su recorrido por las noches en los campos de batalla. Este símbolo de la enfermería muestra la luz que se requiere en todos los actos de cuidado. Símbolo de la claridad y el conocimiento, iluminación que brinda el saber y la calificación personal, en relación con el autoconocimiento y la interacción respetuosa con el otro (León Román CA. Los atributos de Enfermería. Boletín No 2. Hospital Clinicoquirúrgico “Hermanos Ameijeiras”, 1994).
Uno de los distintivos de las enfermeras sea la lamparilla de aceite o la vela en un portavelas. Esta referencia nos hace pensar en FLORENCE NIGHTINGALE, PRECURSORA DE LA ENFERMERÍA MODERNA, a la que se conocía como "SEÑORA DE LA LÁMPARA", precisamente porque se iluminaba con una de ellas mientras visitaba y cuidaba de los enfermos durante la noche.
Florencia Nightingale, se le ha considerado la precursora de la enfermería moderna, durante la guerra de Crimea en 1854. “… por las noches después de que se retiraban las demás enfermeras, hacía rondas en solitario y observaba el estado de los pacientes más enfermos. Estas rondas las hacía con su famosa lámpara, que tenía una pequeña mampara para que no se extinguiera la vela que llevaba en su interior (colocada en un candelero). Longfellow inmortalizó a esta dama llamándola “La Dama de la Lámpara”, o “Dama con una Lámpara”, en su poema de 1857”. De esta manera se ha distinguido a la enfermera con el símbolo de una lámpara, teniendo un gran significado y emotivo simbolismo de identidad profesional.
En Cuba existe una disposición general que norma el uso de esta vestimenta y la apariencia personal de enfermería que en resumen se presenta a continuación:
En la mujer:
Usar el uniforme reglamentado. Cuando se trate de vestido o saya, debe, tener el largo a la rodilla y usar medias largas. El ancho del vestido, chaqueta y pantalón, debe permitir realizar movimientos con soltura y sin impedimentos.
Llevar pelo corto o recogido.
Utilizar gorro o cofia de acuerdo a la actividad que realiza.
Tener uñas cortas y con pintura discreta.
Usar reloj con secundario.
Evitar el uso de prendas no requeridas durante el desarrollo de su labor (pañuelos de cabeza, collares, aretes colgantes u otros)
Maquillaje discreto.
Mantener los zapatos limpios.
En el hombre:
Llevar el uniforme reglamentado (limpio y holgado).
Mantener el pelo corto y la barba rasurada.
Tener uñas cortas.
Usar reloj   con secundario.
Mantener los zapatos limpios.
SITUACIÓN ACTUAL DEL UNIFORME
En la actualidad a pesar de la existencia de las normas y del esfuerzo que se viene realizando, vemos con frecuencia modificaciones y uso inadecuado del uniforme.
Varios profesionales plantean que estas modificaciones responden a   la incorporación de un gran número de personas jóvenes a la especialidad, que no tienen una orientación adecuada o no se les exige el cumplimiento de las normas, y que para ellos, estas modificaciones, responden a las nuevas corrientes del vestir y de la moda de la juventud para la vestimenta social.
Además de su uniforme, el calzado es otro componente vital en su atuendo. Al igual que en uniformes médicos, zapatos específicos están garantizados para que puedan desempeñar sus funciones con comodidad. Se trata de un mosto que sus zapatos deben estar en forma, cómodo y en buenas condiciones, de lo contrario puede conducir a la fatiga de las piernas y lesiones. Anteriormente, los zapatos son de color blanco, pero en la actualidad, los zapatos son de arnés de vuelta o tapar de estilo.
Otra parte importante de su uniforme es los calcetines de compresión. Estos calcetines son más cómodos de usar en comparación con las medias corriente, ya que evita la entrada de humedad en la piel y es compatible con las piernas durante las largas horas de turno. La mayoría de ellos prefieren usar medias de compresión porque se sienten menos fatiga y que se sienta cómodo usándolos. Dado que trabajan en sus pies todo el día ya veces toda la noche, la pierna de apoyo se necesita más.
Si usan batas, es vital que los pantalones deben tener una adecuada adaptación, ni muy apretado ni muy suelto, para el confort y la comodidad en el movimiento. Las enfermeras de los pelos también se mantienen y se ata en la parte posterior, si su cabello es largo, mientras que los enfermeros de pelo debe estar en la longitud correcta.
Los expertos refieren que el hecho de que no se use el uniforme en la etapa de formación, impide la incorporación de la práctica de su uso correcto; por tal motivo, cuando finalmente el alumno se gradúa, piensa, casi siempre y primero, en hacerle modificaciones impropias para realizar las actividades de la práctica asistencial y no en su uso correcto. Estos entrevistados plantean que se debe retomar en los estudiantes de enfermería el uso de un uniforme que desde su formación permita monitorizar y guiar el cumplimiento del reglamento que norma su uso.
La utilización de una vestimenta adecuada, responde a las normas y exigencias de la profesión, así como el respeto que le tiene a la sociedad, elementos que favorecen una adecuada imagen social. Una enfermera u enfermero vestido correctamente inspira confianza y es socialmente respetado. Es por ello que para mejorar la situación actual, es necesario actuar como agentes de cambio.
La Enfermería como agente de cambio, incluye en sus funciones la comunicación interpersonal, defensora y colaboradora de la profesión. Estas funciones se sustentan en la suposición filosófica, de que sus profesionales deben llevar a cabo cambios para promover el bienestar, además de mantener una socialización para el ejercicio profesional, a través de la educación a sus colegas, constituyéndose en promotor de la función básica de su profesión a través del liderazgo.
Es meritorio señalar que la Enfermería se socializa en una imagen profesional al incrementar la conciencia que tiene de sí misma y al fomentar el respeto a sus capacidades, al apreciar y reconocer las necesidades de educación continua y al integrar los elementos cognitivos e interpersonales del yo profesional en su rol. La condición de profesión se logra cuando una actividad, indispensable para la sociedad, se realiza con un elevado nivel intelectual en sus decisiones.
Por tal motivo todos los profesionales de enfermería tienen la responsabilidad de mantener y fomentar una imagen adecuada, pues ésta es la apariencia visible de una persona o profesión, lo que se proyecta a la sociedad y ésta a su vez percibe de nosotros.
Desde el punto de vista social, autores como Kérovac plantea que las relaciones del enfermero en la sociedad se basan en un estado de equilibrio entre las habilidades para prescribir, asignar, manejar y mantener los sistemas de auto-cuidados terapéuticos de las personas y las capacidades de estas y de sus familiares para realizarlas, bajo la guía de un código ético y de responsabilidad social. De este criterio pudiera pensarse que no se tiene en cuenta la presencia de la enfermera (o), correctamente vestido durante el ejercicio de sus funciones, pero no se puede olvidar que los problemas se presentan de modo diferente en cada país, ciudad o área y que si no señalan problemas con la vestimenta es porque no lo tienen o no es esta la arista del pensamiento enfermero que les interesa plasmar.
Actualmente todo el personal sanitario viste el mismo uniforme, sin distinciones de ningún tipo o con distintivos casi invisibles o de diferentes colores que resultan desconocidos para quien no es personal sanitario”. Todo está muy bien socializado y aparentemente no existen distintivos jerárquicos, aunque el paciente nunca tiene muy claro quién le está atendiendo ni qué profesional le está practicando la técnica.
En tiempo más modernos, se ha cuidado mucho la presencia del personal de enfermería en casi todas las ocasiones sin considerar mucho lo cómodo o práctico del uniforme, pero siempre tratando de dar una imagen de pulcritud e incluso de superioridad.
LA ERA DE LA MEDICINA SCRUBS (PRESENTE)
El UNIFORME BLANCO se ha convertido en el uniforme oficial y universalmente aceptada de las enfermeras. Sin embargo, debido a las demandas de las enfermeras, muchos cambiaron de ropas más cómodas ahora se conocer como los trajes de MATORRALES o comúnmente  los UNIFORMES MÉDICOS.
Actualmente las cofias han desaparecido casi por completo y una de las causas de ello es a causa de las infecciones nosocomiales, es decir, las infecciones oportunistas que "viajan" en prendas que no se limpian a diario, como es el caso de las cofias. Las capas también han caído en desuso, pues antes se utilizaban mucho cuando las enfermeras tenían el turno de noche, ya que se las ponían para no pasar frío, ya que eran de fieltro y abrigaban bastante, pero ahora, afortunadamente, ya hay calefacción en todos los hospitales.
En muchas partes del mundo, las enfermeras continúan usando un uniforme blanco que consiste en un vestido y gorra. El uniforme blanco tradicional para el personal de enfermería masculino está pasando de moda, con la excepción de los estudiantes de enfermería. Se utiliza muy a menudo una túnica ya sea del estilo de cirujano dentista o el cuello con un collar av. Los colores varían con el grado, área de trabajo, y el hospital, sin embargo, el equivalente masculino de la hermana tienden a ser tonos de azul o verde oscuro: a menudo, esto es el único color para ser reconocido por el público como lo que significa una persona con autoridad.
Enfermeros generalmente llevan una túnica blanca con charreteras de un color o de la cantidad que representa el año de su formación o grado.
Uniformes tradicionales siguen siendo comunes en el TERCER MUNDO, sino también en Europa Occidental y América del Norte, la llamada "SCRUBS" o túnicas han vuelto más populares. "Scrub vestido" es un tipo simple de uniforme, y casi siempre se usan en quirófanos y salas de emergencia.
SE PUEDE CONCLUIR QUE LOS ASPECTOS PLANTEADOS PERMITEN REVALORAR LA IMPORTANCIA DEL USO CORRECTO DEL UNIFORME, COMO   ELEMENTO ESENCIAL, ENTRE OTROS, PARA UNA BUENA IMAGEN SOCIAL DE LOS ENFERMEROS Y ENFERMERAS.
LA ENFERMERA SE DISTINGUE Y TIENE IDENTIDAD PROFESIONAL POR SUS CONOCIMIENTOS, POR SU CAPACIDAD PARA DESEMPEÑARSE EN CUALQUIER ÁREA DE SU CAMPO Y POR FORMAR PARTE IMPORTANTE DEL EQUIPO DEL ÁREA DE LA SALUD. NO ES LA LÁMPARA, LA COFIA, NI LA CAPA, SÍMBOLOS DE IDENTIDAD, SINO QUE LA IDENTIDAD MISMA, LA DA LA PROPIA ENFERMERA A TRAVÉS DE SU PROFESIONALIZACIÓN CONSTANTE Y PERMANENTE.
LA COFIA, SU HISTORIA
Etimología de la palabra “Cofia”
Hoy en día, la cofia es la malla que se ponen las personas que trabajan con el público (por ejemplo: enfermeras, cocineros, etc.), en la cabeza para cubrir su pelo, por motivos de sanidad. Pero en la edad media, era una malla que se ponían los guerreros debajo del casco. La palabra cofia viene del germánico kupja, y está relacionada con el árabe kufiyya = pañuelo que se ponen los árabes en la cabeza, en hebrero kóva = gorra, sombrero y cofia en latín de esa época.
En la Enciclopedia Salvat dice así:
COFIA (del latín tardío cofia). Red que se ajusta a la cabeza para recoger el cabello o parte de él. Tocado hecho de blondas, encajes y cintas que usaban las mujeres. Gorro pequeño, complementario del uniforme que llevan las enfermeras, camareras, etc. Birrete almohadillado que se llevaba debajo del yelmo de la armadura. Pieza de la armadura antigua que se atornillaba a la calva del casco para reforzarla, y de la que pendían tres ramales articulados para la defensa del cuello. Cubierta membranosa que envuelve algunas semillas. Capuchón de la cápsula de los musgos.
En otras enciclopedias y/o diccionarios dice así:
Cofia es el nombre de: un tipo de tocado femenino; o un gorro acolchado que se llevaba antiguamente debajo del yelmo.
En otra enciclopedia dice:
Cofia: 1º- prenda femenina de vestir para sujetar parcialmente el cabello que forma parte de ciertos uniformes, como el de enfermera, camarera o sirvienta. 2 - Redecilla para recoger el cabello. 3 - Extremo duro de la raíz de las plantas, en forma de dedal.
Origen de la cofia
Dentro de la historia de la enfermería cuentan que en la “época oscura de la Enfermería” cuando esa ocupación la ejercían las prostitutas, y cuando se quiso reivindicar la profesión (en parte, lo que le correspondió a Florence Nightingale) para que la población distinguiera a una enfermera de una prostituta, principalmente cuando trabajaba de noche se ponían la cofia y eso era suficiente para que se les respetara, ya que significaba un trabajo noble, y así poder salir a curar a los enfermos a cualquier hora de la noche.
Símbolos Históricos de Identidad Profesional de la Enfermería
A través de la historia de la enfermería, a ésta se le ha identificado por cuatro símbolos, que justifican su identidad, estos son: Vestido Blanco, Capa, Lámpara, y Cofia.
El uniforme significa el conjunto de cualidades que tienen las profesionales de la enfermería, enfocadas a dar a entender que poseen disciplina y una esmerada atención límpida hacia sus semejantes, tanto del alma como del cuerpo.
Vestido Blanco
Al principio las estudiantes no utilizaban uniforme, sin embargo con el paso del tiempo éste consistió en un sencillo vestido de percal y zapatillas cómodas, un delantal a la altura del tobillo de color blanco, como sinónimo de limpieza y pureza. El uniforme significo la integración de un conjunto de cualidades que tienen las profesionales de la enfermería, enfocadas a dar a entender que poseen disciplina y una esmerada atención, hacia sus semejantes, tanto del alma como del cuerpo.
Capa
Esta fue de tela de fieltro, se usó de este material debido a las bajas temperaturas, pues generalmente hacían guardias de 24 horas, siendo las noches largas y frías.
En una ceremonia especial se les imponía la capa, “ceremonia en la cual quedaban revestidas las enfermeras de su clásico distintivo. El significado de la capa es hacerles sentir el peso en sus hombros de la responsabilidad que han contraído con la sociedad al haber elegido la carrera de enfermera; al brindar cuidado, amor y dedicación, mismas que se han hecho evidentes y característicos de las Escuelas de Enfermería desde su creación.
Lámpara
Florencia Nightingale, se le ha considerado la precursora de la enfermería moderna, durante la guerra de Crimea en 1854. “… por las noches después de que se retiraban las demás enfermeras, hacía rondas en solitario y observaba el estado de los pacientes más enfermos. Estas rondas las hacía con su famosa lámpara, que tenía una pequeña mampara para que no se extinguiera la vela que llevaba en su interior (colocada en un candelero). Longfellow inmortalizó a esta dama llamándola “La Dama de la Lámpara”, o “Dama con una Lámpara”, en su poema de 1857”. De esta manera se ha distinguido a la enfermera con el símbolo de una lámpara, teniendo un gran significado y emotivo simbolismo de identidad profesional.
Cofia
La Cofia de color blanco, símbolo del honor, de la distinción y la responsabilidad, con la cual se identifica a la enfermera, entre los otros miembros del equipo de salud como el profesional dedicado al cuidado de las personas. Desde el punto de vista epidemiológico la cofia debe proteger el pelo de la enfermera para que no caiga sobre el campo de trabajo, por lo que el pelo debe estar recogido y colocado en el sobre interno de la cofia.
Algunas cofias de Enfermeras evocan a la de las religiosas, relacionada con la tradición católica, y puntualmente con el cuidado a los enfermos y el servicio humanitario (velo). Anteriormente también recibió el nombre de “Toca”, su diseño consistió en un “gorro”. Éste se remonta a la Edad Media, con el gorro se pretendía cubrir el cabello, ya que peinarlo constituía una larga y fastidiosa tarea que no se realizaba con más frecuencia de lo que se consideraba necesario. A la cofia se le ha considerado como signo de identidad. Entendiendo ésta como el resultado de un proceso ideológico, el cual exige un elemento de diferencia para poderse expresar, y en el que encontramos factores bien definidos como la pertenencia grupal o territorial.
Cierto es que la enfermera se distingue y tiene identidad profesional por sus conocimientos, por su capacidad para desempeñarse en cualquier área de su campo y por formar parte importante del equipo del área de la salud. No es la lámpara, la cofia, ni la capa, símbolos de identidad, sino que la identidad misma, la da la propia enfermera a través de su profesionalización constante y permanente.
Existiendo también un gran grupo de enfermeras militares protagonistas del cuidado a los heridos en las dos grandes guerras del siglo XX, cuya cabeza coronaban con cofias que delataban sus diferentes rangos, similares a las religiosas. Por otra parte las órdenes religiosas impartían cuidados tanto en hospitales civiles como militares.
La evolución en el modelo de las cofias de enfermeras desde la primera cofia religiosa hasta el abandono total de las mismas, refleja la historia de los cuidados. Las también denominadas tocas devienen en un elemento del rango y ciertos aditamentos como medallas, escudos y cruces condecoran el servicio prestado en las instituciones militares. Siendo las primeras dispensadoras de cuidados en muchos casos mujeres religiosas para los países colonizados, (quienes se cubrían la cabeza como parte de su hábito) no impidiendo que a nivel social existieran mujeres cuidadoras; parte del pueblo las que ofrecían los cuidados desde la transmisión de los conocimientos populares para realizar curaciones desde las ciencias de la naturaleza.
Estas últimas con saberes transmitidos de generación en generación a través de la tradición oral. Las mujeres en la familia dispensaban los cuidados de forma informal. En los primeros hospitales estaban empleadas quienes realizaban la limpieza en las que recaía ofrecer a los enfermos los cuidados rudimentarios, aún teniendo experiencia reconocida eran consideradas negligentes, llevaban cubierto los cabellos por un gorro (en razón de la tarea que cumplían).
La revolución que se produce a mediados del siglo XIX, en la práctica médica tiene un efecto profundo sobre los cuidados de la salud. Por la misma época, Florence Nightigale después de la guerra de Crimea a su vuelta a Gran Bretaña crea la primera escuela de Enfermería.
Varias razones explican la desaparición de la cofia y de algunos uniformes de enfermeras a partir de la década del 70. La carrera de Enfermería poco a poco permite la profesionalización, el uso de la cofia continúa siendo parte de la vestimenta de las auxiliares, anteriormente la cofia confería autoridad y distinguía a las enfermeras diplomadas.
Desde los años 1960 a 1980 las escuelas hospitalarias dejan paso a las Escuelas Universitarias, el sistema de enseñanza basado sobre el progreso de las jerarquías había pasado hacia conceptos democráticos de la educación y el respeto; por consecuencia la cofia en tanto indicador de nivel de formación pierde su significación simbólica. La evolución de los modelos de cofias de Enfermeras, desde la cofia religiosa hasta el abandono del uso de las mismas, refleja la historia de los cuidados; en el cual las primeras graduadas vestían uniformes que las distinguían de las no graduadas.Notas de Enfermería de Florence Nightingale
En el libro escrito por Florence “Notas de Enfermería” nos relata hablando sobre el uniforme de las enfermeras, que cuando una agrupación de enfermeras que rompió con las diferencias religiosas (agrupando a católicas, anglicanas y devotas de santos diferentes), cuya asistencia fue fundamental durante la guerra de Crimea. Exigió al gobierno inglés la confección de trajes de tweed gris, cofias de percal y capas de lana más una banda cruzada con el nombre del hospital. Cartas de la época destacan una rebelión de cofias, y el caso de una enfermera que en medio del trajín dijo: “Madam, de haber sabido que me iba a poner esto en la cabeza, nunca hubiera venido; es que esto no favorece a la forma de mi cara”. Una cláusula del manual de estilo prohibía el uso de flores y cintas de colores, aunque daba el visto bueno para llevar bonete de paja durante el verano. En su best seller Notas sobre enfermería (en 1867 tuvo seis ediciones consecutivas en inglés y otras tantas en varios idiomas) hizo severas críticas de los atuendos femeninos de la época: “Cada día es menos práctica y poética, y no se adapta a las necesidades de la vida doméstica, las faldas ampulosas pueden derribar muebles y la crinolina asemejan a sus usuarias a bailarinas de cabaret”. Sobre los zapatos, agregó que “las suelas hacen tanto ruido que pueden provocar en los enfermos efectos adversos y contrarrestar el efecto de las mejores medicinas”.
Aunque muchas voluntarias fueron expulsadas por ebriedad y conducta cuestionada por la jefa, al final de la guerra su número superó el centenar. Las improntas de las chicas Nightingale llegaron también a Estados Unidos, Canadá, Australia, Alemania, la India y asilos de lunáticos de todo el mundo, y las capitas fueron las prendas más copiadas por las posteriores asociaciones de enfermeras.
En otro artículo sobre la Cofia dice así:
Cofias. Ese artilugio que resulta simpático para quien no lo tiene que utilizar. Que en realidad no sirve para nada, pero que en determinadas esferas es exigido a sus empleadas para demostrar un extracto social alto. La cofia, artilugio hoy en día denostado y casi olvidado.
Sería interesante conocer un poco de su historia para poder comprender el motivo por el cual ha llegado a nuestros días algo que en la Edad Media era prenda lógica y de obligado uso en las mujeres independientemente al trabajo que desarrollaran.
Sobre su utilización en el medio sanitario hay varias versiones. Una de ellas es la estrecha relación que tiene la sanidad con las órdenes religiosas. Monjas y frailes fueron los primeros profesionales de la enfermería en la lejana Edad Media y en las primeras llevaban hábitos que cubrían desde la cabeza hasta los pies su cuerpo, dejando a la vista cara y manos. Las monjas hospitalarias pronto se vieron desbordadas de trabajo y acudieron a las seglares para ayudar en los múltiples trabajos que tanto entonces como ahora es preciso hacer en un hospital.
Naturalmente aquellas seglares no tenían ninguna relación religiosa. Es más, la mayoría incluso eran presas que cumplían sus penas en aquellos primitivos hospitales, y de alguna manera había que vestirlas teniendo en cuenta la moralidad exigida en la época y más en cuenta aún el serio trabajo a realizar, tan cerca de la gracia de Dios.
Suponemos que las monjas hospitalarias de la época no se habrán complicado mucho la vida para diseñar los “uniformes” de momento y lo más fácil para ellas y, además, garante de la moralidad evitando la coquetería femenina, era obligar a las seglares a cubrir sus cabezas con grandes tocas lacias, sin almidonar, después fueron almidonándose e incluso se fueron haciendo diversos diseños, siguiendo designios de la moda del momento, como pueden verse en diversos lienzos y grabados que han llegado hasta nuestros días gracias a famosos pintores.
Otra versión es la de que para distinguir a una “enfermera” de una “mujer de la vida” en sus rondas nocturnas camino de atender a algún enfermo en su domicilio, se ideo que las “enfermeras” llevaran una cofia almidonada en forma de cono, de color blanco y portaran siempre un farol con una llama encendida.
Otra versión más, la más generalizada, es la costumbre muy extendida en toda Centro Europa de cubrir la cabeza con peculiares diseños de tocas almidonadas y cofias de puntilla, ganchillo, etc. y diversas formas. Habitualmente se utilizaban para las faenas del hogar o del campo, guardando las más vistosas y perfectamente almidonadas para exhibir los domingos y festivos. Era una prenda tenida en más consideración en el norte y centro de Europa que en los países del sur, que siempre fue entendida como una prenda de trabajo y no como un tocado de adorno femenino.
En la Edad Media la mujer solía llevar grandes cabelleras y éstas dificultaban el trabajo, por lo que era imprescindible esta prenda y más aún si estamos hablando del trabajo en aquellos hospitales llenos de gente, humo de las linternas, parásitos, etc., y también como distintivo de quien está como trabajadora y quien no trabaja en el hospital.
Quizá ya desde aquellas lejanas épocas se trataba de dar, también, un sentido de distintivo característico de la profesión como “hospitalarias” no refiriéndose a las religiosas.
De todas las maneras en la Edad Media y posteriormente hasta casi principios del siglo XX, la cofia era una prenda que se utilizó con profusión en cualquier trabajo de los que se entendía como propios de la condición femenina: cocinera, doncella, “hospitalaria”, ama de leche, planchadora, institutriz, camarera, etc. Prueba del arraigo que ha tenido esta prenda es la diversidad de modelos que se exhiben en la región de Bretaña (Francia) hoy como prenda más del traje típico.
Poco a poco su uso se ha ido relegando al ámbito sanitario y es raro no asociar la palabra hospital a enfermera y ésta a delantal y cofia.
En tiempo más modernos de los hasta ahora tratados, se ha cuidado mucho la presencia del personal de enfermería en casi todas las ocasiones sin considerar mucho lo cómodo o práctico del uniforme, pero siempre tratando de dar una imagen de pulcritud e incluso de superioridad. Uniformes complicados, como los que en los años 50 del pasado siglo utilizaban las enfermeras de la Cruz Roja Española (bata, delantal, manguitos y cofia fuertemente almidonados. Las mangas de la bata se medio desmontaban y se sujetaban con corchetes al hombro). En el Hospital General de Asturias (H.G.A.) hasta bien entrados los años 70 solían llevar el delantal almidonado al igual que los manguitos, cuellos, cinturón y cofias.
A comienzos de los años 80, tanto la Seguridad Social (INSALUD) como el Hospital General de Asturias coinciden en renovar el vestuario de su personal de enfermería y lo primero que hacen es hacer desaparecer como prenda inherente de la enfermera la cofia. Posteriormente la sanidad privada emprende la modernización de su vestuario y, salvo honrosas excepciones, no es fácil encontrar clínicas y consultorios privados en los que su personal femenino sea portador de cofia.
Quienes la han tenido que usar recordarán lo enojoso que era soportarla durante una dura jornada de trabajo, pero hoy le dedicarán una sonrisa cómplice como lo que es: un artículo antiguo, viejo, con poca o nula utilidad, transmisora de las más temidas infecciones nosocomiales, producto de infinidad de dolores de cabeza, enemiga de los caros servicios de peluquería y símbolo para distinguir quien es enfermera o auxiliar de clínica.
“Actualmente todo el personal sanitario viste el mismo uniforme, sin distinciones de ningún tipo o con distintivos casi invisibles o de diferentes colores que resultan desconocidos para quien no es personal sanitario”. Todo está muy bien socializado y aparentemente no existen distintivos jerárquicos, aunque el paciente nunca tiene muy claro quién le está atendiendo ni qué profesional le está practicando la técnica.
Cofias de Enfermeras por Ángel Martín Artime
Mi gran amigo y compañero Ángel Martín Artime de Oviedo, al que me une la misma pasión por la Historia de la Enfermería, tiene una de las mejores colecciones de cofias que existen hoy en el mundo.
Ángel Martín Artime confiesa que lo suyo era estudiar enfermería, pero por cosas de la vida no pudo hacerlo en su momento. Más tarde ya no se animó a sacarse el título por mucho que le gustaran las materias a estudiar, así es que se quedó, siendo lo que él dice con humor, un ATS amateur.
Pero estamos seguros que no puede sentirse frustrado con una colección tan original como la que tiene, pues colecciona ¿quién puede dudarlo? material de enfermería. En realidad empezó con la colección de cofias de enfermera y, aunque luego fue ampliando el tema, hoy nos ocuparemos solamente de ellas.
Cuando le hemos preguntado cómo decidió hacer esta colección, Ángel nos ha explicado que todo empezó a finales de los años 70. Le llamó mucho la atención la uniformización en la vestimenta de las enfermeras y el control casi militar al que estaban sometidas. La Enfermera Jefe hacía unas inspecciones tan duras, para controlar la labor y hasta el aspecto de las enfermeras, que parecía una disciplina más propia de un ejército que de una institución sanitaria.
Una señora, que era familiar de Ángel, le habló del trabajo de las enfermeras que ella conocía bien y le contó anécdotas relacionadas con su mundo laboral, le enseñó el nombre de distintos objetos y sus utilidades y las normas de actuación que antaño se exigían a las enfermeras. Todo esto despertó aún más el interés de Ángel y decidió dedicarse a investigar sobre la Historia de la Enfermería y la Arqueología Industrial Sanitaria. Y entre otras cosas, se puso a estudiar el funcionamiento interno de los hospitales, especialmente los antiguos.
Un día su informadora le regaló una cofia muy bonita y almidonada y a partir de entonces esa pieza del uniforme de la enfermera fue su tema estrella. De hecho, a pesar del paso de los años, de las diferentes modas que se han seguido en la indumentaria femenina, de la diferencia de gustos y costumbres de unos países a otros y el hecho de que ya han caído en desuso, hay dos prendas que identifican siempre la iconografía de las enfermeras: las cofias y las capas que llevan sobre sus hombros.
No obstante, quizás esto ya se está perdiendo poco a poco porque, según ha observado Ángel, antes, cuando se quería copiar el traje de las enfermeras para vestir muñecas o hacer disfraces, las tres piezas distintivas eran el delantal, la cofia y la capa, pero ahora les cuelgan un fonendo del cuello y ya consideran que están representando a una enfermera.
Volviendo a la primera cofia que tuvo Ángel, nos explica que pertenecía a la Seguridad Social de finales de los años 70. Al cabo de unos meses consiguió la segunda cofia, que era de una auxiliar de clínica. Posteriormente tuvo otras también de la Seguridad Social, una de ellas de alumna y "picos de quirófano" y después consiguió una del Hospital General de Asturias, del que dice Ángel que nunca ha visto tanta variedad de uniformes como los que allí ha habido, pues ha llegado a contar seis uniformes distintos para casi el mismo trabajo, sin contar limpiadoras de zonas estériles, cocinas, etc.
Respecto a las cofias nos cuenta Ángel que la Seguridad Social siempre se ha decantado por modelos muy similares a nivel nacional y de muy simple manejo, pero las clínicas privadas y las antiguas instituciones sanitarias solían hacer llevar sobre sus cabezas a todas sus trabajadoras verdaderas esculturas de tela y almidón. Cada puesto de trabajo femenino tenía su correspondiente modelo de cofia totalmente distinta a la de otro puesto de trabajo, eran un indicativo del rango profesional.
Los orígenes de esta prenda son muy antiguos. Ángel nos ha explicado que en el año 580 el Obispo Masona fundó en Mérida (Badajoz) un xenodoquio, primer hospital español del que actualmente se tiene noticias. En él ya se encuentran datos y referencias de la labor de enfermería. En aquellos años las "enfermeras" que tenían que asistir a los enfermos de noche, debían desplazarse por las calles de la ciudad casi sin luz y con mucho peligro, así es que decidieron usar una cofia (así se llamaba entonces a los tocados femeninos) en forma de cono de color blanco y también llevaban una lámpara de aceite en la mano.
De ahí que uno de los distintivos de las enfermeras sea la lamparilla de aceite o la vela en un portavelas. Esta referencia nos hace pensar en Florence Nightingale, precursora de la enfermería moderna, a la que se conocía como "Señora de la lámpara", precisamente porque se iluminaba con una de ellas mientras visitaba y cuidaba de los enfermos durante la noche.
Las cofias evocan, de forma simplificada, las tocas que llevaban algunas de las congregaciones religiosas, dedicadas durante siglos al cuidado de los enfermos. Por cierto, hay que señalar que hay muchos escritos dedicados a la labor de religiosos y religiosas en los hospitales de la Edad Media, junto con personal seglar.
Actualmente las cofias han desaparecido casi por completo y una de las causas de ello es a causa de las infecciones nosocomiales, es decir, las infecciones oportunistas que "viajan" en prendas que no se limpian a diario, como es el caso de las cofias. Las capas también han caído en desuso, pues antes se utilizaban mucho cuando las enfermeras tenían el turno de noche, ya que se las ponían para no pasar frío, ya que eran de fieltro y abrigaban bastante, pero ahora, afortunadamente, ya hay calefacción en todos los hospitales.
La colección la guarda en su casa, en una habitación que usa de despacho. Allí, dentro de un gran armario empotrado puede disponer de casi todo el material. Otros objetos más grandes los tiene expuestos como decoración o bien los utiliza para sus trabajos.

Ángel colecciona todo lo relacionado con la enfermería, por lo que dispone desde fotografías antiguas a insignias de hospitales, Cruz Roja o Escuelas de A.T.S., material médico y quirúrgico, bibliografía tanto académica como de asuntos que hace 50 años eran de interés, ropas de quirófano, uniformes, en fin, todo lo relacionado con el tema.

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